lunes, 5 de noviembre de 2012

Mirador de la Segària



Llega el periodo otoñal, los tupidos y verdes bosques del verano van poco a poco mutando, transformando el paisaje en una explosión de colores únicos. Entre los meses de Octubre y Diciembre los tonos amarillos y marrones van ganando terreno, y es en esta época de cambio, cuando podemos descubrir una gran variedad de formas y colores inimitables. Contemplando esta metamorfosis natural, nos invita a la reflexión, y es momento de hacer un breve balance de todo lo vivido durante este fructífero año, repleto de grandes recuerdos e instantes inolvidables. Lejos han quedado las salidas estivales en grupo, y en esta nostalgia propia del otoño, es el momento de ir explorando rincones aún inéditos y preparar nuevas metas para el grupo en el año próximo.
Este fin de semana, y poco antes que se presentaran los primeros indicios de frío, decidí realizar todo un clásico en la Segària, el ascenso a sus antenas. Desde hace más de un año, no recordaba haber hecho esta corta pero sufrida ruta. El inicio de esta ascensión, da comienzo en la pequeña población de Ràfol d'Almúnia. A pocos metros de la salida de este pueblo, por la comarcal cv-728 en dirección Pego, veremos una señalización a nuestra derecha que indica el "Camí a la Segària", tomaremos ese desvío que nos llevará en dirección a los repetidores.

Desvío por el Camí de la Segária.
Pendientes muy pronunciadas hacia las antenas de la Segària.
 El itinerario se realiza por un camino rural totalmente asfaltado, existiendo eso sí, varios tramos algo irregulares. Tampoco está señalizado y en algunos puntos hay que extremar la precaución por la baja visibilidad en sus innumerables intersecciones. El recorrido hasta el Mirador de la Segària, desde el desvío, es de unos 3,8 kms aproximadamente. Pasando de unos 80 mts de altitud desde esta primera señalización, hasta los 405 mts ya en la cima. El desnivel medio total asciende a  8,55 %, pero si tomamos la medición desde la segunda y última señalización, la cosa cambia a unos temibles 13,66% de pendiente hasta llegar a lo más alto.
En esta ocasión, no padecí tanto como en las anteriores, también es verdad que subía a mi ritmo y además, creo que con mi nueva RR-6.3 de doble amortiguación, más que lastrarme, hizo más llevadera y cómoda la ascensión, no llegando a utilizar los desarrollos más extremos.

Foto de confirmación a la llegada al Mirador de la Segària, acompañada con mi nueva RR-6.3.
Fabulosa foto de toda la mancomunidad de La Rectoría en la Marina Alta.
La marxal de Pego-Oliva, al fondo a la izq. el pico del Monduber y más al centro, Cullera.
Una de las ventajas, entre comillas, de sufrir en la mayoría de ascensiones, es claramente la gratificante recompensa de unas majestuosas vistas panorámicas. En esta cima del Mirador de la Segària, podemos relajarnos durante unos instantes en una pequeña zona recreativa habilitada para la ocasión. Desde este punto podemos observar, en sus dos vertientes, unas espectaculares vistas de toda la marxal de Pego por un lado, y por el otro, el gran valle de la mancomunidad de La Rectoría, con las sierras del Seguili y Migdía como grandes protagonistas. A pocos metros de allí, veremos una indicación de la senda PR-CV 415 de muy reciente implantación, en dirección a unas antiguas ruinas de un poblado de origen íbero.

Señalización  de la distancia al antiguo poblado íbero a 405 m de altitud.
Bonito recorrido, foto tomada en el descenso hacia la urbanización MontePego.
Otra bonita estampa durante el descenso.

Después de descansar durante unos instantes y alimentar los sentidos con tan fabulosas vistas, quedaba la parte más divertida de la jornada, un descenso vertiginoso hacia la comarcal cv-728 en dirección Pego. La bajada es muy tentadora y fácilmente se pueden alcanzar velocidades de vértigo, pero hay que extremar la precaución, ya que la carretera es muy estrecha, pudiendo encontrarnos con algún tipo de obstáculo en cualquier momento, sin dejarnos margen de error para poder rectificar a tiempo. Al llegar otra vez a la comarcal, me desvié a la derecha, en busca de la suave ascensión hacia lo más alto de la urbanización de MontePego. Desde allí, descendí a través de una multitud de meandros de asfalto, en busca del carril bici que me conduciría hasta casa.



TRACK DE LA RUTA



  

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